La lecto-escritura, en educación, se refiere a ese breve período donde los niños pequeños, entre 4 y 6 años de edad (educación infantil), acceden a leer y escribir. En realidad, no hace referencia a un concepto definido sino a un proceso compuesto por muchos conceptos que en su entramado han dado lugar a diversas teorías científicas de tal proceso. Los maestros saben que ese período es crucial porque los niños deben aprender a leer y luego leer para aprender otros temas y por esto deben observar detalladamente cómo los niños evolucionan en sus logros. Cuando el maestro estudia sobre la lectoescritura se enfrenta con teorías, investigaciones y estrategias de la práctica educativa que tienen distintos enfoques como el socio-cultural, el constructivita y la psicolingüística.
Si un niño fracasa en la adquisición de le lecto-escritura, por consecuencia se ve afectado todo el proceso de enseñanza- aprendizaje, es por ello que éstas diversas teorías buscan dar respuestas a la gran problemática existente.
Mencionada estas teorías destaco la importancia del enfoque socio-cultural, que es aquel que se centra en las interacciones sociales, puesto que los niños pequeños están sujetos a aprender el modo en el que está codificada la información culturalmente significativa que encuentran en todos los contextos sociales donde están presentes. Y esta entrega de información generalmente ocurre en la propia familia (primer agente socializador) y ya cuando ingresan a la escuela han estado expuestos a la lectura y escritura variada en cuanto a la calidad y cantidad según los contextos sociales.
¿Por qué hay niños que adquieren más rápido la lecto-escritura que otros?
¿Qué tanto afecta el rol de los padres en la adquisición de la lecto-escritura?
Lo referido anteriormente así como también las preguntas, es un problema muy recurrente de todos los tiempos, afectando a los niños principalmente en edades tempranas y por consecuencia arrastra esta dificultad a las etapas siguiente de la vida, ya que al no contar con una estimulación correcta de este ámbito puede llegar al fracaso escolar y por consecuencia a la deserción escolar.
El factor más relevante en esta dificultad de los niños por conseguir un adecuado agente estimulador de todo el proceso de la lecto-escritura, es o somos los PROPIOS PADRES, me incluyo ya que también cabe mencionar que soy parte de este proceso. Es lamentable destacar que el desarrollo de ésta adecuada adquisición depende del medio en el cual el niño se desarrolla y a la vez el estímulo que recibe de su propio contexto, (familia).
Queda demostrado que aquellos padres que brindan tiempo y dedicación a esta temática, sus hijos serán los beneficiados a corto y largo plazo, principalmente cuando ingresen al mundo escolar, ya que con el tiempo que ellos han entregado y dispuesto para con sus hijos, quedará demostrado en todo el transcurso educativo que ha sido un aprendizaje provechoso por parte de los niños y les será mas expedito el trayecto por conseguir el proceso de la lecto-escritura, así como también el proceso en enseñanza y aprendizaje.
“El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día”, (Battista).
Lo mencionado por este autor, es una frase muy corta (se podría decir), pero a su vez tiene un legado que deja mucho por meditar y pensar. Por el sólo hecho de dedicar unos minutos al día con mis hijos y principalmente si este tiempo es aprovechado en profundidad no basándose en la cantidad que entreguen si no más bien el la calidad de tiempo que otorguen, dando énfasis en estimular e incentivar a la lectura desde muy pequeños, tengamos por seguro que será un tiempo beneficioso para ambos, ya que al niño le entrega la suma confianza para hacer inferencias, poder dar su opinión, ayudando a entrelazar lazos de amor, tranquilidad, confianza, etc.
Debemos saber, que nuestros niños son muy parecidos a “esponjitas”, hago esta comparación por que si estamos desde muy temprana edad motivándolos, lograremos que se mezclen y a la vez se enreden con la lectura, daremos por seguro que serán buenos lectores y por consecuencia les será más fácil el uso de la escritura.
Como padres, podemos construir ese progreso en nuestras familias teniendo fuertes y amorosas relaciones con nuestros hijos, enseñándoles estándares de lo correcto y equivocado, poniendo y ejecutando reglas, y lo realmente importante brindar tiempo y escuchar a nuestros hijos.
Algunas sugerencias positivas para padres y madres:
La familia es el primer agente facilitador de la lectura. Es muy positivo que el entorno del niño valore la lectura, la practique y la facilite. Quedando demostrado que el ambiente para que un niño aprenda a leer es muy importante, si él observa permanentemente a sus padres leyendo el niño aprenderá que es algo natural y lo hará espontáneamente.
La lectura sea motivo de compartir y trasmitir y no se imponga.
Es fundamental el diálogo entre la familia, conversar sobre lo cotidiano (y, si se lee habitualmente será normal hablar de lectura) compartir historias de familia, cuentos, etc.
Leer con nuestros hijos o hijas principalmente cuentos (ya que son llamativos por los colores o figuras), ayudándoles a fomentar la imaginación, y también a interrumpir y hacer preguntas sobre el tema en cuestión.
Manejar mucha cantidad y variedad de material impreso, por ejemplo; revistas, propagandas, libros, diarios, recetas, poesías, cuentos, ya que por naturaleza a los niños les llama la atención todo lo que tenga que ver con papeles y principalmente si lo asociamos con lápices.
Facilitar las iniciativas en las que ellos piden material o ayuda para escribir, leer, dibujar, pintar, y no cortar esta inspiración, no respondiendo a la demanda solicitada por el menor.
Debemos estimularlos, ofrecerles la posibilidad de acceder al lenguaje escrito, pero no atormentarlos, clasificarlos, ni exigirles demasiado.
Los niños y las niñas comprenden que el utilizar la escritura y la lectura sirve para comunicar, para gozar y disfrutar con ella, la rechazan cuando se les impone.
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